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La Ciudad de México estrena herramientas democráticas

La Ciudad de México –la cuarta más grande del mundo, según la ONU– promulgó en febrero su primera Carta Magna, que fortalece el derecho de referéndum y plebiscito. Además, introduce herramientas de democracia directa como la iniciativa ciudadana y la revocación de mandato del jefe de Gobierno capitalino. Fortalezas y debilidades de esta nueva ley fundamental.  

Avances democráticos en la CDMX

La Constitución de la CDMX dedica sus artículos 25 y 26 a la democracia directa y participativa, respectivamente.

Referéndum: Permite aprobar reformas a la Constitución de la CDMX y otras normas que rigen la ciudad. Requiere el respaldo del 0,4% de los electores (29 000 personas) o dos tercios de los integrantes del congreso local.

Plebiscito: Para consultar a la ciudadanía si avala o rechaza decisiones del gobierno local o las alcaldías. Puede solicitarlo el jefe de Gobierno de la CDMX; el 0,4% de los electores, el equivalente a dos tercios de las alcaldías; o un tercio de los legisladores.

Tanto el referéndum como el plebiscito resultan vinculantes solamente si participa como mínimo un tercio de los votantes (2,3 millones de personas).

Revocación de mandato: los ciudadanos pueden pedir una consulta para determinar si se revoca del cargo a un representante electo de la CDMX. Solo es posible en la segunda mitad de su mandato. Para celebrar la consulta, se requiere el apoyo del 10% de los electores inscritos (700 000 personas). Y para que el resultado sea vinculante, deben participar más de 3 millones de votantes, y el 60% de ellos, como mínimo, deben apoyar la revocación.

Iniciativa ciudadana: Los ciudadanos pueden iniciar leyes, decretos y reformas constitucionales. Deben reunir firmas del 0,13% del censo electoral en la CDMX (poco más de 9 000 personas). No procederán en temas penal, tributario y de derechos humanos.

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